14.6.15

¡Alegría, alegría!

¿Será acaso la alegría una clave para solucionar nuestros problemas? 
¿Es el remedio definitivo u apenas un parche? ¿Es un simple estado de ánimo? 
¿Y si lo convertimos en un estilo de vida?




¡Alegría, alegría!

Todos tenemos días y días. 
Hay días que parecen tener el suficiente mérito como para reír y alegrarse en ellos y con ellos. Otros sin embargo, parecen amargos. Sentiremos la tentación de entristecernos en aquellos días e incluso de quejarnos.

Pero, ¿qué entendemos por alegría?

La alegría, en su origen etimológico, se define como una emoción: "estar/sentirse vivos y animados". Y es que, como dice Rav. Shalom Arush: "la mejor preparación para la vida, es estar siempre alegres".

Sabemos, por el mismo uso de la razón, que nuestras vidas son un concierto de emociones. ¿Cómo explicamos que los sabios sugieran mucho la alegría? ¿Por qué esa emoción en específico y no otra? ¿Por qué deberíamos "exagerar en la alegría"?.

El Creador nos ha dado la capacidad de diferenciar lo que nos hace bien y lo que no. Lo que nos hace bien y lo que nos hace aún mejor. En las leyes de nuestro cuerpo, por ejemplo, si tenemos la mano sobre llamas ardientes de fuego, seremos avisados (mediante nuestro sistema nervioso) de que estamos en peligro de quemarnos. Si pensamos (procesamos) esa información, nos damos cuenta que "quemarse" no es algo muy agradable que digamos. Tras esa reflexión, decimos: "Afortunadamente retiré la mano a tiempo". A contrario sensu, lloramos: "¿Por qué no retiré la mano antes?" y de seguro corremos a algún servicio de urgencias para las curaciones correspondientes.

En la vida de las emociones, pasa similar. Ellas nos avisan qué cosas nos hacen sentir mejor y cuales no. Dónde sentimos más comodidad y tranquilidad.

Hasta este punto, podríamos referirnos a las emociones, como "formas de sentir la vida", pero en forma específica y condicionada al momento y lugar.

Mi propuesta es la siguiente: Si a ud. le gusta, por ejemplo, la montaña rusa. ¿Por qué no vivir cerca de ella para disfrutarla constantemente? ¿O vivir sin bajarse de una?

Suena loco en ese ejemplo. Pero conocemos miles de personas que lo hacen y son felices. Por ejemplo (uno más real) un músico, que contra todo pronóstico, decide dedicarse a lo que le gusta. Tal vez no gane mucho dinero, pero será auténtico y vivirá lo que quiere vivir.

Ahora bien, ¿por qué si tenemos una emoción "predilecta" no decidimos "vivirla constante y para siempre"? ¿Por qué nos conformamos con "sentirla" momentáneamente?

A todos los seres humanos nos gusta la alegría, los momentos y lugares alegres y deseamos siempre tener razones para alegrarnos. Es nuestra naturaleza: nacimos para estar alegres.

Hasta aquí, ud. puede notar un comentario poco novedoso. Y es aquí donde nace la novedad: una invitación a VIVIR con alegría, a VIVIR en alegría.

Ud. ya no va a "estar alegre", sino que va a "ser alegre". 

En este juego de palabras, puede que ud. no note la diferencia. Pero en la práctica, sí existe, se nota mucho y lo percibiremos sin mucha dificultad, no sólo nosotros, sino además nuestro entorno.

Si nacimos para estar alegres, ¿por qué no nos animamos a vivir alegres?.

¡Si ud. gusta del fútbol, tal vez exagerará en sus prácticas para llegar a triunfar en la selección de su país! Entonces, si ud. está enterado de que su naturaleza exige alegría ¿por qué no exagerar en los esfuerzos de mantenerla y convertirla en una emoción duradera y permanente?.

Lo primero es identificar lo que nos da alegría y lo que no.

Luego hacer una distinción y reflexionar: ¿Cómo convertir en alegría aquello que no me causa mucha alegría? ¿Cómo llevo la luz de la alegría a los rincones más oscuros y carentes de ella en mi vida? ¿Cómo llevo esta luz de alegría a mi hogar, mi trabajo, mi universidad, mi círculo de amigos y conocidos?

Tal vez, esta mera invitación no admita muchos consejos. Es ud. el que debe analizar su propio interior y decidir lo que más le conviene. Yo, aunque logro identificar temas espirituales interesantes y que siento, son universales, no logro dimensionar su especial y única situación. Sólo ud. aquí en la Tierra puede ver su propia vida plenamente y con honestidad.

El Creador, sabe. Él nos sugiere siempre la alegría.

Él, como el fabricante de un auto, sabe "cómo funciona su creación". Y si el auto necesita ciertos cuidados, nosotros también. Nuestro combustible es la alegría. Es una escuela para la vida, es una emoción que, si se decide mantener y hacer permanente, nos mantendrá verdaderamente vivos, animados.

No hay situación que no se pueda arreglar con alegría, buena disposición, con pasión...

Una palabra alegre, un rostro alegre, un mensaje positivo, una decisión apasionada, no sólo cambian nuestra vida interior, también transforman nuestra relación con el entorno: seremos una llama ardiente de alegría, que encenderá a las que se están apagando y/o las que, por cualquier razón, ya se apagaron.

Hace un tiempo atrás, fui al funeral de cierta persona. "Se fue apagando de a poco..." dijo la madre. Cuando terminó el funeral, llegué a mi casa y comencé a analizar esas palabras. Ella además dijo: "Ya no era lo que era antes... ya no sonreía".

Esas palabras daban vueltas en mi cabeza... una depresión tremenda se llevaba a una persona, a una persona más entre tantas. Pero, ¿de verdad murió después de su trágica decisión? ¿o ya se sentía muerto antes de concretar su plan suicida?. Finalmente, me incliné más por la segunda opción: No había alegría en su vida. Por consiguiente ya no había vida ni ánimos. Una persona sedienta, en medio del desierto, terminó perdida y muerta en medio de tanta aridez. 

Si a tu vida le falta alegría ¡dale!

Para empezar, lleva toda esa alegría que encuentres en tu exterior al interior. No la dejes ahí. Y comenzará la transformación "desde fuera, hacia dentro". 

Y viceversa, si tomas la firme decisión: "Desde hoy, vivo, pienso y me muevo alegre". Esa transformación interior, comenzará a dar signos de felicidad externa. Tu entorno lo notará y se alegrará contigo. Y el cambio será "desde dentro hacia fuera".

Sea como sea que decidas hacer tu transformación, deseo que toda la energía y bendiciones del Universo sean contigo.

¡No dejes pasar la oportunidad de vivir alegre desde ahora y para siempre


Con enorme afecto,
Léonard M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario